miércoles, 3 de abril de 2013

Capítulo XV

Dolor.Luz.Presa.


 -¿Se puede saber por qué no la habéis cogido? ¡Ahora está con ellos! Malditos hijos de puta, maldigo el día en el que fuisteis tan débiles como para morir a manos de las bestias.-Alikoc estaba fuera de si por el fracaso de sus Rastreadores.-Y tú,¡Tú la conocías, tú deberías saber sus puntos débiles!- El enfadado ex-asesino le propinó una bofetada en lo que antes era el rostro de Samara.
-Ellos no tienen la culpa, maldito estúpido, eres tú el que tiene la culpa por infravalorar las habilidades de la criatura que tú mismo creaste, la criatura más poderosa que existe, existió y existirá.
Alikoc, se arrollidó sin perder tiempo ante el único ser por el que siempre sentiría miedo, devoción y respeto:La Oscuridad.
-Lo siento, no volverá a pasar.
El ex-asesino recibió un golpe de mente, lo único que ese ser superior podía hacer desde el plano donde se encontraba, pero no por ello menos doloroso.Alikoc intentó mantener la postura, pero eso solo hizo que La Oscuridad invirtiera otra ínfima parte de su poder en doblegarlo.Finalmente, Alikoc calló al suelo entre convulsiones y jadeos.
-No volverás a fallarme, o no seré tan benevolente la próxima vez.-Dicho esto, la presencia se marchó.
A pesar de la mezcla de sentimientos que sentía por Él, Alikoc odiaba arrodillarse ante nadie.Y eso era algo que La Oscuridad no ignoraba, porque Él ignoraba pocas cosas.

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